La Gran Vía (II)
Se inician las obras
La Gran Vía nace de una necesidad de un eje de comunicación este-oeste salvando las tortuosas calles del centro de una ciudad que empezaba a crecer pero que había sido concebida prácticamente como un pueblo.
La idea rondó muchos años, pero la solución no era fácil. La ciudad ya estaba montada y hacer una gran avenida central significaba sacrificar barrios que debían quedar partidos en dos y el derribo de manzanas completas con el coste social que ello suponía.
El primer proyecto que se diseñó para esa gran arteria que se quería empezar a construir,
data de 1862 a cargo del Ayuntamiento. En este proyecto, se pretendía unir inicialmente la
calle Preciados con la calle Alcalá y más adelante con Plaza de España. Aunque se llegaron a expropiar terrenos, no llegó a prosperar.
En 1886 hubo otro proyecto más parecido al actual en el que el trazado ya iba desde Alcalá a Plaza de España pero más al norte de lo que es en la actualidad. Pero aunque este proyecto también fracaso, sí que consiguió dar nombre a la zarzuela La Gran Vía con música de Federico Chueca.
Ya en 1898, sobre el anterior proyecto se actualizó y en 1901 se dejó definitivo, por lo que ya parecía que iba a nacer finalmente la Gran Vía. Pero aun con el proyecto más o menos definitivo, hubo cambios sustanciales. Inicialmente la calle iba a tener un ancho de 20 metros y se amplió a 25, aunque finalmente llegó a 35.
Una vez aprobados dichos proyectos, los problemas vinieron por cuestiones de financiación. En principio los concursos quedaron desiertos y no se adjudicaron hasta 1909 por 29 millones de pesetas.Y gracias al alcalde, el Conde de Peñalver y su apuesta firme por el inicio del proyecto, finalmente se pudo dar el empujón final para el inicio de las obras.
Ya finalmente, siendo alcalde Francos Rodríguez, el 4 de abril de 1910 se inauguraron las obras contando con la presencia del rey Alfonso XIII y la familia real. La inauguración se llevó a cabo en una tribuna situada en lo que hoy es la esquina de Alcalá con Gran Vía. El acto consistió en golpear una casa adjunta a la iglesia de San José y fue la primera de las cientos de casas que hubo que derribar en todo el periodo que duraron las obras.
Como curiosidad, el primer albañil que inició el derribo y los trabajos de esta gran obra se llamaba Álvaro Guadaña.
Pues las obras ya estaban en marcha y no muy diferente a la actualidad, fue tortuoso su progreso. La zona se convirtió en una auténtica pesadilla para los vecinos. Charcos, escombros, barro, polvo, calles cortadas. Lo único que entonces duraban bastante más que ahora, los periodos electorales no tenían el peso que tienen en la actualidad.
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