lunes, 16 de abril de 2007

El Metro cambia su plano

El Metro de Madrid, además de todas las estaciones nuevas que se están inaugurando en estos días por motivo de las próximas elecciones, estrena un nuevo mapa.

En este nuevo mapa se cambia totalmente el esquema que tantos años hemos visto, por lo que supongo que a más de uno le costará asaptarse al mismo.

El motivo de este cambio es adaptar la nueva telaraña de líneas a un plano lo más entendible posible. No es tarea fácil, ya que son muchas estaciones en una ciudad cada vez más grande y cambiante. El Metro ha crecido hasta poblaciones vecinas de Madrid que es posible que sea el primer vínculo con esas poblaciones que en el futuro acaben integrándose en la gran ciudad. Al igual que en su día sucedió con Tetuán, Chamartín, Vallecas, entre otros.

Así con un plano más moderno, muy similar a otros planos europeos como el del "tube" de Londres y fácilmente adaptable a futuras ampliaciones de la red, entramos en una nueva etapa del Metro de Madrid, yendo a un capítulo muy posterior a los que se están siguiendo en este blog contando la Historia del Metro de Madrid.

Para ir adaptándose, aquí puedes descargar el nuevo plano del Metro de Madrid (3Mb).

lunes, 9 de abril de 2007

Los terrenos del Canal de Isabel II

Canal de Isabel IINormalmente no me gustaría que se escribieran en este blog artículos que pudieran resultar polémicos, ya que se busca hablar de Madrid pero siempre desde un punto de vista positivo.

Pues bien, lejos de polemizar con la construcción de un campo de golf en las instalaciones del Canal de Isabel II, ya que no quiero entrar a valorar si es oportuno o no, lo que quiero hacer ver es el uso que resulta que ahora se puede dar a la superficie del depósito sobre el que se ha construido.

El tema es que desde 1915 que se construyó dicho depósito, esa superficie ha estado inutilizada sin poderse destinar para uso de los ciudadanos. Mi teoría de que esa superficie, de cerca de 50.000 metros cuadrados, estuviera totalmente inutilizada durante casi 100 años, era que al estar los depósitos de agua, no era conveniente que se utilizara el exterior por posible deterioro de los mismos. Hoy vemos que sí que se pueden utilizar. Que no hay ningún perjuicio para los depósitos si se utiliza su parte exterior. Pues bien, la pregunta que me hago es, ¿por qué se ha tardado casi 100 años en utilizar esa superficie y ponerla a disposición de los madrileños? Es decir, tengo la sensación de haber sido engañado durante mucho tiempo sobre el uso que se le podía dar a una gran superficie verde en pleno centro de Madrid completamente inutilizada hasta ahora.

Pero ahora entonces las cuestiones no acaban ahí. Si realmente se puede construir sobre los depósitos del canal, ¿qué ocurre con el resto de depósitos que hay en Madrid? Yo creo que ya va siendo hora de que esas superficies, se entreguen al uso y disfrute de los madrileños como los auténticos “propietarios” de esos terrenos porque recuerdo que el Canal de Isabel II es una empresa pública perteneciente a la Comunidad de Madrid. Son muchos los terrenos que posee el Canal en el centro de Madrid, como los de Cea Bermúdez, Bravo Murillo y todo el entorno de Plaza Castilla, que no tiene un tamaño despreciable. Terrenos que en algunos casos son auténticos vertederos como el entorno de las Torres Kio en Plaza Castilla.

Por tanto, ya que se ha demostrado que se pueden dedicar al uso de los ciudadanos los terrenos que descansan sobre los depósitos del Canal de Isabel II, pido desde aquí que se den prisa en destinarlo a los madrileños esos terrenos que ya se deberían haber puesto disponibles hace muchos años.

lunes, 2 de abril de 2007

La Gran Vía (II)

Se inician las obras

La Gran Vía nace de una necesidad de un eje de comunicación este-oeste salvando las tortuosas calles del centro de una ciudad que empezaba a crecer pero que había sido concebida prácticamente como un pueblo.

La idea rondó muchos años, pero la solución no era fácil. La ciudad ya estaba montada y hacer una gran avenida central significaba sacrificar barrios que debían quedar partidos en dos y el derribo de manzanas completas con el coste social que ello suponía.

El primer proyecto que se diseñó para esa gran arteria que se quería empezar a construir,
data de 1862 a cargo del Ayuntamiento. En este proyecto, se pretendía unir inicialmente la
calle Preciados con la calle Alcalá y más adelante con Plaza de España. Aunque se llegaron a expropiar terrenos, no llegó a prosperar.

En 1886 hubo otro proyecto más parecido al actual en el que el trazado ya iba desde Alcalá a Plaza de España pero más al norte de lo que es en la actualidad. Pero aunque este proyecto también fracaso, sí que consiguió dar nombre a la zarzuela La Gran Vía con música de Federico Chueca.

Ya en 1898, sobre el anterior proyecto se actualizó y en 1901 se dejó definitivo, por lo que ya parecía que iba a nacer finalmente la Gran Vía. Pero aun con el proyecto más o menos definitivo, hubo cambios sustanciales. Inicialmente la calle iba a tener un ancho de 20 metros y se amplió a 25, aunque finalmente llegó a 35.

Una vez aprobados dichos proyectos, los problemas vinieron por cuestiones de financiación. En principio los concursos quedaron desiertos y no se adjudicaron hasta 1909 por 29 millones de pesetas.Y gracias al alcalde, el Conde de Peñalver y su apuesta firme por el inicio del proyecto, finalmente se pudo dar el empujón final para el inicio de las obras.

Ya finalmente, siendo alcalde Francos Rodríguez, el 4 de abril de 1910 se inauguraron las obras contando con la presencia del rey Alfonso XIII y la familia real. La inauguración se llevó a cabo en una tribuna situada en lo que hoy es la esquina de Alcalá con Gran Vía. El acto consistió en golpear una casa adjunta a la iglesia de San José y fue la primera de las cientos de casas que hubo que derribar en todo el periodo que duraron las obras.

Como curiosidad, el primer albañil que inició el derribo y los trabajos de esta gran obra se llamaba Álvaro Guadaña.

Pues las obras ya estaban en marcha y no muy diferente a la actualidad, fue tortuoso su progreso. La zona se convirtió en una auténtica pesadilla para los vecinos. Charcos, escombros, barro, polvo, calles cortadas. Lo único que entonces duraban bastante más que ahora, los periodos electorales no tenían el peso que tienen en la actualidad.

Post anterior: La Gran Vía (I)

El Viejo Almacén de Buenos Aires

El Viejo Almacén de Buenos AiresFinalmente ha desaparecido. El restaurante argentino “El Viejo Almacén de Buenos Aires” al final ha sido derribado.

Esto era un entrañable restaurante argentino en el barrio madrileño de Saconia. Llevaba años resistiendo a su derribo frente a las ampliaciones de la modernidad de calles y carreteras que viene sufriendo Madrid. Un pequeño edificio que había resistido la desaparición del resto de casas bajas, al modo más tradicional de pueblo que había en la zona acosadas por Avenidas como Silesio Delgado y nuevas avenidas a punto de inaugurar. El Viejo Almacén de Buenos Aires de la calle Villamil ha dicho adiós. En los últimos días, como si estuviera en los últimos momentos en la UVI se podía leer en su tejado maltrecho con grandes letras blancas: AGUANTAMOS. Hace unos días pasé al lado y ya estaba definitivamente cerrado. Ya había muerto. Ya sólo había que desenchufarlo de sus máquinas hospitalarias. En las paredes había mensajes de despedida, todos con los colores de la bandera argentina. El día que quise parar a leer esos mensajes, ya sólo pude ver excavadoras sobre la montaña de escombros de lo que fue el restaurante.

No sé muy bien la historia de este restaurante, espero que alguien la pueda completar. Decir que se fundó en 1977, cuando vinieron desde un pequeño pueblo Asturiano a crecer en Madrid. Este restaurante era entrañable entrar a comer/cenar. Comida impecable con las principales especialidades argentinas. Pero lo mejor de todo, no era su comida. Era el ambiente que se podía vivir allí. Tras esa puerta, inimaginable dado el aspecto exterior del edificio, se entraba en un mundo que parecía volver a veinte años atrás, esos que no son nada. La decoración, cuidada hasta el último detalle te fusionaba con la vida argentina. Y la música y los tangos que te acompañaban durante la cena te hacían sentirte de una forma tan acogedora que era imposible no desear volver.

Ahora ya no está, según su web, tienen otro restaurante cerca de la otra ubicación, en la calle Ramón Gómez de la Serna. Esperemos que siga teniendo el mismo sabor de sus mejores tiempos argentinos y que nos siga haciendo pasar sus buenos ratos.

Un cliente agradecido.